29 de febrero de 2012

El Mecanismo de los sueños


De “El más allá de los sueños” de D.Didier  Ediciones Mercia du Lac
Nociones Fundamentales
El  Mecanismo de los sueños
Los sueños son una creación divina para todos los hombres y animales de todas las galaxias.
Así, es inútil recorrer los mundos en busca del Divino, su presencia esta en el hombre, aunque velada, codificada y desconocida para aquellos que no van en su busca. Para descubrirla y revelarla, hay que saber captar los Arquetipos y descifrar sus símbolos.
Antes de llevar a cabo la interpretación de los sueños, es preciso comprender el mecanismo del sueño. Nuestro inconsciente no está constituido de un solo bloque, sino de capas sucesivas que sirven de soporte a nuestro patrimonio onírico, presente en nuestro inconsciente  mucho antes de nuestro nacimiento. Cuando soñamos, nuestros propios símbolos (el lenguaje onírico de cada uno) van al encuentro de los Arquetipos de la Trama  etérica lunar. Ellos van a reconocerse o a rechazarse en función de diferentes parámetros: nuestro estado del momento, nuestro pasado, nuestro presente o nuestro futuro, nuestras vidas anteriores, nuestras protecciones del lado cara  la capa de nuestro inconsciente que ha sido estimulada. Después los símbolos surgidos de nuestro  capital onírico irán a posicionarse  mayoritariamente en la Trama Intermediaria, mientras  aquellos surgidos de los prismas  de la Trama etérica lunar irán a distribuirse en otros niveles (Físico, Etérico, Astral Sutil, Astral Causal, Sí del Espíritu)

18 de diciembre de 2011

Encontrar “nuestro” sitio


Desde un punto de vista biofísico, el hombre puede compararse con una batería que, para funcionar de forma correcta, debe cargarse continuamente de energía.

Como cualquier elemento que se mueve en un campo electromagnético, nuestro cuerpo también recibe corrientes inducidas, a causa del movimiento de cargas eléctricas internas que provocan bienestar o malestar, según el caso.

Nuestro organismo es, por tanto, sensible a una exposición anómala de radiación, ya sea por exceso o por defecto.

Todas las estructuras metálicas modifican y, con frecuencia, amplifican las ondas electromagnéticas. Asimismo, un colchón de muelles o un somier metálico pueden cargar el cuerpo de tensión.

Si comprobamos que nos levantamos para sentarnos en otro sitio; si nos cuesta ir a acostarnos y no descansamos bien, dando vueltas y más vueltas; si sufrimos calambres o se nos duermen los brazos y las piernas, es posible que nuestras sillas o nuestra cama estén situadas sobre un nudo Harttman. Para eliminar este problema, basta con moverlas de la zona en cuestión o utilizar alguno de los dispositivos que elimine los efectos de la radiación electromagnética. 


17 de diciembre de 2011

Electromagnetismo, fuente “fantasma” de contaminación, preguntas más frecuentes


Nuestro organismo y el de todos los seres vivos, funcionan mediante corrientes eléctricas y magnéticas muy débiles. Este es uno de los motivos principales de que campos electromagnéticos artificiales provoquen trastornos en su funcionamiento.

Preguntas más frecuentes (y respuestas), por el especialista español  Raúl de la Rosa

¿Cuáles son los focos más frecuentes de contaminación electromagnética de extremadamente bajas frecuencias?

Los campos electromagnéticos (CEM) de baja frecuencia (50 Hz) se generan alrededor de las líneas eléctricas de alta, media y baja tensión y en general de los cables de cualquier instalación eléctrica.

También los generan cualquier equipo eléctrico que esté en funcionamiento: motores industriales o electrodomésticos como secadores de pelo, batidoras... (suelen provocar campos muy elevados, que por su cercanía al operador o usuario pueden provocar altos riesgos si la exposición es prolongada), equipos electrónicos (ordenadores, equipos de música, televisores...), transformadores (hay que tener en cuenta que muchos aparatos o electrodomésticos los llevan incorporados). 

¿Cuáles son los focos más frecuentes de contaminación electromagnética de radiofrecuencia?

Las radiofrecuencias (RF) son emitidas principalmente por antenas de telefonía, radio y televisión. Según el tipo de antena la radiación se dirige hacia una zona determinada (unidireccionales) o más ampliamente (omnidireccionales). No hay que olvidar otros focos de radiofrecuencias, caso de los hornos microondas o los radares. 

¿Por qué nos afectan los campos electromagnéticos?

Nuestro organismo y el de todos los seres vivos, funcionan mediante corrientes eléctricas y magnéticas muy débiles. Este es uno de los motivos principales de que campos electromagnéticos artificiales provoquen trastornos en su funcionamiento, que se traducen en síntomas como alergias, cansancio crónico, insomnio, migrañas, cambios de comportamiento, ansiedad, falta de concentración, entre otros muchos, e incluso graves enfermedades, caso de cierto tipo de cánceres en adultos, leucemias en niños, abortos, problemas cardiacos..., tal como indican muchas investigaciones científicas.

¿Cuáles son las investigaciones más relevantes?

Existen en la actualidad miles de trabajos sobre campos electromagnéticos y salud. Es obvio que si no hubiera resultados que indicara la existencia de riesgos en las conclusiones de estos trabajos no se hubiera investigado tanto en esta línea.

En el año 1992, el Instituto Karolinska de Estocolmo presentó los resultados de su trabajo sobre el efecto de los campos electromagnéticos en las personas. El ámbito temporal que abarcó la investigación epidemiológica fue de 25 años, sobre una población de cerca de 500.000 personas que vivían cerca de líneas de alta tensión.

Los resultados fueron concluyentes: a partir de las 0.2 microTeslas (200 nanoTeslas), aumentaron considerablemente los riesgos de las personas expuestas. La conclusión fue que a menor distancia con respecto a la línea eléctrica, mayor era el riesgo.

¿Cuándo existe riesgo?

Siempre que hay una exposición a radiaciones de líneas eléctricas, estaciones transformadoras, aparatos eléctricos, antenas de telefonía, radio, televisión... existe un riesgo que dependerá de las dosis recibidas y de la capacidad de respuesta del organismo. Los niños son, evidentemente, mucho más sensibles a los nocivos efectos de estas exposiciones, sobre todo cuando son prolongadas. La contaminación electromagnética se considera más peligrosa por la noche, cuando el cuerpo está en reposo y es más vulnerable ya que se segregan una serie de sustancias vitales, como la melatonina, para el correcto funcionamiento del organismo que se ven alteradas si estamos sometidos a estas radiaciones. También aumenta el riesgo cuando nos encontramos sometidos a situaciones de estrés, cansancio, enfermedad.

¿A partir de qué dosis existe riesgo?

Es difícil establecer un límite seguro, ya que se ha ido comprobando que los valores considerados seguros han sido, una y otra vez, superados por la realidad y se han tenido que ir rebajando las dosis aceptables. Por tanto, tal como dije al juez en uno de los casos en que he estado como perito, la única dosis segura es la 0, es decir no estar expuesto a radiaciones artificiales. A partir de ahí considero que hay muchos condicionamientos que hacen que unas dosis puedan considerarse peligrosas o no. La edad, el estado de salud, la hora en que se recibe, el tiempo de exposición... Sin embargo existe bastante unanimidad en el mundo científico independiente de que a partir de los 2 mili Gauss (200 nano Teslas – 0.2 microteslas), nos enfrentamos con un aumento del riesgo con respecto a las personas no irradiadas. Aunque debemos tener en cuenta que hay personas mucho más sensibles y que en valores inferiores pueden mostrar síntomas y trastornos en su salud. 

¿Cómo podemos valorar los riesgos a los que estamos sometidos si no disponemos de instrumentos de medición?

Cuando no disponemos de aparatos de medición, lo cual es lo más frecuente, hay otra formas de valorar si nuestro hogar está contaminado. Si vivimos encima o cerca de un transformador de la compañía eléctrica, probablemente las dosis que recibirá nuestra vivienda serán más elevados que los que el principio de precaución aconseja, al igual que si estamos cerca de una línea eléctrica de alta tensión. De la misma forma debemos alejarnos de aparatos eléctricos que se encuentren enchufados, en muchos casos hasta un metro de distancia como mínimo (radiorreloj, televisor...). Los aparatos que funcionan a pilas no emiten ninguna radiación.

Las antenas de telefonía, radio y televisión irradian radiofrecuencias de más o menos intensidad dependiendo del tipo de antena, frecuencia, potencia, altura con respecto a nuestra vivienda, obstáculos y distancia; la distancia es la mejor solución a la radiación. Cuanta mayor sea la distancia de una fuente emisora menor será la radiación que recibamos, aunque en el caso de las antenas debemos de tener en cuenta los otros condicionantes citados.

¿En España se han realizado investigaciones sobre los efectos de las radiaciones?

Entre otros, José Luis Bardasano, director del "Instituto de Bioelectromagnetismo Alonso de Santacruz" de la Universidad de Alcalá de Henares, ha realizado distintos trabajos sobre los efectos de los campos electromagnéticos y ha comprobado que el funcionamiento de la glándula pineal se altera por efecto de los campos electromagnéticos artificiales. Esta glándula segrega la hormona melatonina, parte fundamental del sistema inmunológico y que regula el crecimiento celular.

Yo mismo he realizado algunos trabajos en laboratorio, junto con el profesor Nuñez, en la Universidad de Biológicas de Valencia, en los cuales comprobamos la respuesta de estrés en los organismos expuestos a campos electromagnéticos similares a los que reciben muchas personas diariamente. Asimismo, comprobamos una menor respuesta inmunológica. La exposición a campos electromagnéticos favorece la aparición de procesos infecciosos y alergias y favorece el crecimiento anómalo de las células.




11 de diciembre de 2011

El cuarzo, la sal de la Tierra

Desde la más remota antigüedad se conocen las propiedades de los minerales que actúan de manera específica sobre determinadas áreas del campo energético del ser humano. Se dice que las piedras preciosas y semipreciosas formaron el campo magnético de la Tierra para crear el ambiente propicio por el que las almas serían atraídas para tomar una forma y vivir en el planeta. Y el cuarzo fue el mineral que más contribuyó a formar ese campo.



El cuarzo es llamado la sal de la tierra. Su presencia abunda en toda la naturaleza y en todo lugar. Es uno de los minerales más comunes esparcidos por el planeta, presente en diferentes formas. Es uno de los pocos minerales en los que observamos la disposición atómica a simple vista. Son hexagonales inequívocamente, pero no se encuentra en la naturaleza un solo cristal de cuarzo igual a otro.

El uso del cuarzo en la vida moderna tiene un protagonismo enorme en comparación con otros tiempos pasados. Hoy en día sabemos que el cuarzo se emplea en muchísimos aparatos electrónicos que necesitan ser muy precisos a la hora de hacer mediciones. Tiene una propiedad denominada piezoeléctrico, cualidad por la cual si es frotado desprende luminosas chispas y a su vez crea una secuencia oscilatoria. Esto le da al cuarzo una particularidad única que se emplea con éxito en muchos órdenes electrónicos. Es utilizado en televisión, relojería, electricidad, computación, etc.

Cuando son fundidos a temperaturas muy altas, los cristales de cuarzo se disuelven tal como el vidrio, pero retienen aún todas sus propiedades piezoeléctricas, por lo cual se obtiene un cristal purificado, más bello, más brillante y con las mismas cualidades energéticas que al ser extraído de la tierra. Cuando el hombre interviene en su evolución, hace del cuarzo un objeto más hermoso y puro. Podríamos decir que hay un intercambio energético en el que ambas partes se benefician mutuamente.

Los cristales de cuarzo pueden enviar o retener energía, por lo que su uso es muy generalizado y óptimo tanto en el uso de tecnologías como en el ámbito místico, psíquico, esotérico y religioso.  Las propiedades del cristal han sido reconocidas desde tiempos inmemoriales por los psíquicos de todos los tiempos. Se ha utilizado tanto en joyería como en la confección de talismanes para protección de la persona que lo portara. Hoy siguen siendo empleados con éxito tanto en la búsqueda de la armonización interior del ser, como en las aplicaciones especificas sobre centros energéticos corporales que atenúan dolencias y logran armonizar al individuo integralmente.

Cualidades del lino


El lino posee características excepcionales las que la hacen una fibra única.

ES UNA FIBRA ECOLÓGICA. Para cultivar el lino se requiere poco abono y pesticidas que no provocan desechos. Los hilos más cortos que no pueden usarse en la producción de telas se usan en la fabricación de cuerdas, cajas o aceites.

ES UNA FIBRA SÓLIDA. El textil más viejo del mundo es también la fibra más sólida que se caracteriza por su longevidad y la belleza que adquiere con el tiempo.

ES UNA FIBRA DE MÚLTIPLES BENEFICIOS. Las cualidades naturales de absorción y la estructura cavilar la hacen un textil confortable que se adapta a todas las estaciones. Es una fibra termoreguladora. El lino favorece el sueño. Es también reconocida por sus propiedades aislantes y fónicas en materia de decoración. El lino es antialérgico, anti estrés, no irrita y elimina el polvo y los insectos.

El lino a través de la historia


El uso de las fibras del lino para elaborar tejidos tiene casi 10.000 años de antigüedad. Se han hallado restos de redes de pesca tejidas y fibras sin trabajar en yacimientos lacustres neolíticos de Suiza. Se conocen detalles de su cultivo y uso para la producción de fibras y aceite en Babilonia donde la utilizaban los antiguos sumerios y asirios. Entre los restos más antiguos figuran las fibras encontradas en excavaciones egipcias que proceden del año 5.000aC. En el antiguo Egipto, el lino se usaba para confeccionar sudarios, algunos de los cuales envuelven momias que todavía se conservan; los muros de varias tumbas están ornamentados con representaciones del cultivo del lino. También en la Biblia se habla de la fabricación del lino en varios pasajes. El lino anual, cultivado en Mesopotamia, Asiría y Egipto durante unos 5.000 años, crece todavía silvestre en las regiones que rodean el golfo Pérsico y los mares Caspio y Negro.

El origen de esta planta parece estar situado en Asia Central, en Egipto o en las montañas del Cáucaso. Probablemente las diferentes culturas que ocupan esta zona desarrollaron el cultivo de distintas especies de lino, seleccionando aquellas que les resultaban más útiles. A partir de aquí, el cultivo de esta planta se fue extendiendo a otras regiones del mundo.

Las culturas clásicas europeas daban una gran importancia a esta planta. En Grecia existía un pensamiento general de que los hombres estaban atados a la vida desde el nacimiento por un hilo de lino que se iba haciendo largo a medida que pasaban los años. La muerte significaba la rotura del hilo de la vida. Los romanos utilizaban la especie Linum usitatissium habitualmente y la iban imponiendo en los lugares que eran sometidos a sus dominios.

En Europa Central existen multitud de leyendas y tradiciones sobre el cultivo del lino. Era un cultivo habitual en los valles de los Alpes al cual solamente podían acceder las mujeres. En Holanda hombres y mujeres se desnudaban y dormían en los campos de lino en la creencia de que de esta manera la cosecha sería superior.

Durante más de siete siglos, hasta el descubrimiento del papel realizado con celulosa vegetal, el lino, junto con el cáñamo y el algodón, fueron el soporte sobre el cual se transmitían los conocimientos de la humanidad. No es de extrañar que este tipo de papel vegetal fuera tan caro y reservado solo para las personas ricas. El primer centro de producción de papel de calidad se sitúa en Fabriano, una pequeña población de la provincia de Ancona, en Italia, en el año 1250. A partir del siglo XIV la técnica de producción fue exportada a otros lugares destacando Francia que se convirtió en la mayor productora y exportadora de este tipo de papel.

Hay que tener en cuenta que, hasta la comercialización extensiva de las fibras de algodón a principios del siglo XIX, el lino fue la tela con la cual se confeccionaba la ropa interior y la de casa. La palabra general para ropa interior “lencería” en inglés puede denominarse “linen good”, es decir tejidos de lino.

En América del Norte el cultivo se inició muy pronto, en 1626 y fue la fibra textil más importante hasta el inicio de la Revolución industrial. Con la invención de la desmotadora en 1793, el algodón se abarató muchísimo y desplazó al lino como fibra textil más usada. Desde entonces, el lino se cultiva en distintos países de América sobre todo por las semillas.

La planta de lino

Esta planta medicinal es originaria del Nilo, pero actualmente es cultivada en casi todas partes del mundo. Existen más de 200 especies de lino cultivadas en Asía, Europa,  Norte de África, América, desde el nivel del mar hasta en las altas montañas.

Pertenece a la familia Linaceae. Su nombre científico es Linum usitatissimum L. Es una planta herbácea de tallo hueco, cilíndrico, recto con hojas angostas y puntiagudas. Sus flores crecen en el extremo de las ramas y presentan cinco pétalos de color azul claro. El fruto es una cápsula casi redonda terminada en punta en la parte superior; se divide interiormente en diez cavidades en cada una de las cuales hay una semilla de color oscuro, brillante y de forma aplastada y larga.

El tallo del lino se utiliza para confeccionar tela y su semilla, la linaza, para elaborar harina y extraer aceite. Su fruto seco es llamado “gárgola”.

Las semillas y las partes aéreas de esta planta se utilizan con fines medicinales. Las semillas poseen propiedades refrescantes, calmantes, diuréticas, depurativas, laxantes, antirreumáticas y emolientes.

El Linum usitatissimum L. contiene aceite, compuesto principalmente por ácidos grasos esenciales poliinsaturados y fracciones del tipo Omega-3. Otros: mucílago ácido, linamarina, diglucósidos (linustatina, neolinustatina), trazas de ácido prúsico, fibra soluble (pectina), provitamina A, vitamina B, D y E, fitosteroles, lignano y la enzima linamarasa.