11 de diciembre de 2011

El lino a través de la historia


El uso de las fibras del lino para elaborar tejidos tiene casi 10.000 años de antigüedad. Se han hallado restos de redes de pesca tejidas y fibras sin trabajar en yacimientos lacustres neolíticos de Suiza. Se conocen detalles de su cultivo y uso para la producción de fibras y aceite en Babilonia donde la utilizaban los antiguos sumerios y asirios. Entre los restos más antiguos figuran las fibras encontradas en excavaciones egipcias que proceden del año 5.000aC. En el antiguo Egipto, el lino se usaba para confeccionar sudarios, algunos de los cuales envuelven momias que todavía se conservan; los muros de varias tumbas están ornamentados con representaciones del cultivo del lino. También en la Biblia se habla de la fabricación del lino en varios pasajes. El lino anual, cultivado en Mesopotamia, Asiría y Egipto durante unos 5.000 años, crece todavía silvestre en las regiones que rodean el golfo Pérsico y los mares Caspio y Negro.

El origen de esta planta parece estar situado en Asia Central, en Egipto o en las montañas del Cáucaso. Probablemente las diferentes culturas que ocupan esta zona desarrollaron el cultivo de distintas especies de lino, seleccionando aquellas que les resultaban más útiles. A partir de aquí, el cultivo de esta planta se fue extendiendo a otras regiones del mundo.

Las culturas clásicas europeas daban una gran importancia a esta planta. En Grecia existía un pensamiento general de que los hombres estaban atados a la vida desde el nacimiento por un hilo de lino que se iba haciendo largo a medida que pasaban los años. La muerte significaba la rotura del hilo de la vida. Los romanos utilizaban la especie Linum usitatissium habitualmente y la iban imponiendo en los lugares que eran sometidos a sus dominios.

En Europa Central existen multitud de leyendas y tradiciones sobre el cultivo del lino. Era un cultivo habitual en los valles de los Alpes al cual solamente podían acceder las mujeres. En Holanda hombres y mujeres se desnudaban y dormían en los campos de lino en la creencia de que de esta manera la cosecha sería superior.

Durante más de siete siglos, hasta el descubrimiento del papel realizado con celulosa vegetal, el lino, junto con el cáñamo y el algodón, fueron el soporte sobre el cual se transmitían los conocimientos de la humanidad. No es de extrañar que este tipo de papel vegetal fuera tan caro y reservado solo para las personas ricas. El primer centro de producción de papel de calidad se sitúa en Fabriano, una pequeña población de la provincia de Ancona, en Italia, en el año 1250. A partir del siglo XIV la técnica de producción fue exportada a otros lugares destacando Francia que se convirtió en la mayor productora y exportadora de este tipo de papel.

Hay que tener en cuenta que, hasta la comercialización extensiva de las fibras de algodón a principios del siglo XIX, el lino fue la tela con la cual se confeccionaba la ropa interior y la de casa. La palabra general para ropa interior “lencería” en inglés puede denominarse “linen good”, es decir tejidos de lino.

En América del Norte el cultivo se inició muy pronto, en 1626 y fue la fibra textil más importante hasta el inicio de la Revolución industrial. Con la invención de la desmotadora en 1793, el algodón se abarató muchísimo y desplazó al lino como fibra textil más usada. Desde entonces, el lino se cultiva en distintos países de América sobre todo por las semillas.

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